Encontré esta ruta de casualidad rebuscando mucho por internet y me pareció un sitio
muy poco conocido e interesante para visitar.
La verdad es que la Sierra del Rincón, además de ser reserva de la biosfera, es uno de los
sitios más recónditos y más inalterados que quedan en la Comunidad de Madrid y es una maravilla
dar un paseo por alguno de sus senderos.
La ruta a priori no tenía ningún elemento excepcional, en forma de cascada, puente antiguo, árbol
singular, piedra singular ... pero su ubicación es su mayor valor.
Hay que ir hasta Robledillo de la Jara y desde allí coger la carretera que va a Puebla de la Sierra.
En el kilómetro 6,5 de esta carretera, en una curva sobre el pequeño río, con una fuente y el sitio
justo para dejar un coche, aparcamos.
La ruta sale 30 metros más adelante a mano izquierda en una pista ancha, con bastante desnivel al principio.
Allí había un pobre perro abandonado o perdido, que nos siguió durante los casi 12 kilómetros de la ruta.
Digamos que la ruta se puede dividir en tres tramos, el tramo de subida, con tramos de más o menos desnivel, pero bastante llevadero, con algunas zetas y sin ninguna pérdida, hasta llegar a una bifurcación, donde hay un hito de piedras, y hay que coger el sendero de la izquierda, que enseguida desemboca en un camino muy ancho, en el que giramos a la izquierda para empezar a bajar.
Aquí si en vez de girar a mano izquierda, lo hacemos a la derecha y luego rápidamente a la izquierda,
parece ser que hay un fuente, por si se va escaso de agua y hace mucho calor, o simplemente os gusta
ver todas las fuentes que haya en la zona.
A esa altura estamos muy cerca de Peña La Cabra, una zona en la que estuvimos hace 3 años, y que es muy interesante también.
La primera parte del descenso es muy suave, hemos ascendido unos 400 metros, hasta los 1450 aproximadamente, y apenas se desciende la mitad durante todo el tramo que recorremos este camino, ahora al otro lado del río Riato y contemplando las formaciones rocosas del otro lado, bastante impactantes.
Seguimos por el camino hasta casi el final del recorrido, momento en el que nos encontramos un amplio
cortafuegos a mano izquierda por el que descenderemos hasta la carretera a escasos metros de donde aparcamos el coche.
Tiene bastante desnivel y los cuadríceps se resienten, pero quitando la fuerte pendiente, no tiene dificultad.
Llegamos al coche y nos comimos un bocadillo reconstituyente, y le di de comer al perrillo que nos había acompañado durante los 12 kilómetros, pero me dio mucha pena que el pobre estuviera allí abandonado.
Los datos del Garmin
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