Algo rápido (para los que vivimos en Madrid) para pasar un rato por la mañana en un día de diario en el que estás de vacaciones y anocheciendo pronto es visitar la Cascada del Hornillo en el termino municipal de Santa María de la Alameda, un pueblo metido casi en la provincia de Ávila y encaramado en una zona accidentada.
Hay que llegar hasta el Escorial y coger la carretera dirección Ávila, una vez subido el Puerto de la Cruz Verde, poco después hay un desvío a la derecha dirección Robledondo, el cuál tenemos que tomar, y una vez atravesado el pueblo se sigue dirección Santa María de la Alameda por una carretera en pendiente descendente.
Justo cuando termina esa pendiente descendiente y va a comenzar el ascenso hacia Santa María, a mano derecha hay un pequeño aparcamiento y la indicación de la ruta hacia la cascada.
La ruta es corta y muy sencilla, unos 15-20 minutos.
Se empieza avanzando por una zona frondosa, con el camino lleno de hojas secas, en un paraje realmente bonito y poco a poco se va abriendo la garganta un poco más, empezándose con más intensidad el descenso del agua que lleva el Arroyo de la Aceña, procedente de la presa del mismo nombre, situada más arriba junto al bonito pueblo de Peguerinos.
Al poco nos topamos con el salto de agua, que para lo poco que había llovido traía un buen caudal y que está en un entorno muy bonito.
Una ruta muy corta que se puede completar y ampliar siguiendo más arriba o en su defecto volviendo al aparcamiento donde hay un merendero y si no hace mucho frío se puede aprovechar para pasar un rato desayunando o merendando y disfrutando del entorno.
La ruta se puede ampliar más allá de la cascada, éste esta es una buena indicación de como hacerlo. En nuestro caso decidimos ir a buscar unos níscalos por zonas cercanas, sin mucha suerte eso sí.
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