domingo, 31 de marzo de 2019

San Rafael - Cueva Valiente




Ruta realizada el 25 de marzo de 2019.

Es una zona en la que nunca había reparado para hacer una ruta interesante, pero realmente lo fue. 

Nada más entrar en San Rafael bajando el Puerto de los Leones, aparcamos en la primera calle que hay a mano izquierda, un poco destartalada, pero suficiente para dejar el coche sin problemas. 
Ahí directamente nace nuestra ruta. 



Y a los 50 metros de pista asfaltada se ve a mano izquierda un camino que nace cruzando un puentecillo de madera. 
Por ahí nos desviamos. 
Avanzamos entre pinos sin ninguna pérdida hacia es primer hito, el Mirador de la Peña del águila. 






Hemos ganado un poco de altura y tenemos buenas vistas, aunque ni mucho menos como desde más arriba, ya que desde aquí sólo tenemos vistas hacia la zona de San Rafael y el Espinar, el resto son montañas más altas de donde nos encontramos. 
Dejamos el mirador y cruzamos una puerta para seguir por un camino perfectamente transitable (había hasta un coche a esas alturas) ganando altura entre pinos. 





Dejamos a mano izquierda una pequeña fuente natural en la ladera del monte y no mucho más adelante llegamos a un cruce de caminos en un claro, seguramente alguno de ellos venga de la zona de Peguerinos, y podemos ver los montes que sirven de abrigo a la Cruz de los caídos, aunque no podemos ver esta. Estamos en el Collado del Hornillo.





En este punto me doy cuenta de que no hace ni pizca de calor y además hace aire, y decido abrigarme, aunque quizás un poco tarde porque ahora mismo sigo resfriado. 
Nos toca comenzar un ascenso mucho más acusado a la derecha de donde veníamos. 

Con un terreno un poco más pedregoso y con un mulo ahí perdido en una zona con aparente poco alimento para un animal como él seguimos ganando altura y buenas vistas, ya podemos empezar a distinguir todas las montañas que separan el Valle de Amblés del Valle del Tiétar, además de Peguerinos y su embalse y Santa María de la Alameda. 





Seguimos subiendo, sin ninguna dificultad, la senda es apta para cualquier tipo de persona, aunque el desnivel acumulado desgasta un poco, sobre todo si se va deprisa como nosotros, hasta que nos volvemos a cruzar con otra pista en su día asfaltada pero actualmente muy deteriorada, que vuelve a juntarse en un claro. 

Desde ahí ya estamos cerca de la cima y seguimos ascendiendo por un camino que sale a la izquierda hasta que al poco tiempo desembocamos en una pequeña explanada ascendente donde ya podemos contemplar el refugio y el vértice geodésico del Pico del Águila. 
Hacía tiempo que no llegaba a un vértice geodésico y siempre es reconfortante. 




Desde ahí las vistas son magníficas hacia cualquier punto cardinal, siendo lo más reseñable quizás ver como estamos bastante por encima del Puerto de Los Leones, y como se ve desde allí, provincia de Segovia y con una fila de montaña de por medio, Cercedilla y alrededores, en la provincia de Madrid. 

Se ve toda la zona de la Bola del Mundo, la Mujer muerta, el valle por el que avanza la AP6, Gredos, Peguerinos ... muchas cosas al alcance. 







Estábamos en el punto más alto de la jornada, a unos 1900 metros, 400 por encima del Puerto de los Leones y unos 700 más arriba de donde partimos. 
El refugio tenía servilletas, cubiertos, cerillas, chimenea, parrillas, todo un detalle, aunque no hicimos uso de ello. 

Nos buscamos un sitio un poco resguardado ya que soplaba el viento y recuperamos fuerzas. 
Poco después de nosotros llegaron 6 personas, que es casi todo lo que nos encontramos en la ruta. 
Tocaba iniciar el descenso, y como la ruta era circular y llevábamos indicaciones, pues no lo haríamos por donde habíamos subido. 

Para encontrar la ruta de descenso hay que situarse enfrente al refugio por donde llegamos. A nuestra izquierda queda un bloque de piedras, y a la izquierda del mismo sale la vereda de descenso. 
Aquí tuvimos la peor fase de la ruta, ya que queríamos ver la cueva que hay pero no supimos hallarla, nos salimos del camino en busca de la misma y no la encontramos y tuvimos que volver campo a través hasta el camino de nuevo. 
En esta zona acumula un buen desnivel y mucha piedra, lo cual genera que haya que prestar atención. 





Después de un ratillo y ya un poco desconcertados con respecto a las notas que llevábamos, alcanzamos otro cruce de caminos en una explanada. 
En el mismo hay un cartel que indica el Collado de la Gargantilla. 



Sale un camino a la izquierda que evidentemente no deberíamos coger, otro de frente y otro a la derecha según llegamos. Hay que girar a la derecha para bajar paralelos a lo que supuestamente supongo será el arroyo de la gargantilla ... cuando tenga agua, 
pero como no la tenía el descenso era muy fácil ya que no había que esquivar nada. 
Nos quedaban como alicientes en la ruta varias fuentes. 

Al cabo de unos minutos y cuando ya dudábamos si íbamos bien y si encontraríamos las fuentes, vemos una indicación a mano derecha que dice fuente a 100 metros. 
Realmente pueden ser unos 300, pero la fuente está. 
Después encontramos a mano izquierda un cartel de fuente a 20 metros y ahí la tenemos, fantástica, en medio de la naturaleza, totalmente natural. Siempre son necesarias y atractivas estas fuentes en una ruta, y además pese a la sequía tenía agua sin problemas. 



Volvemos al camino y seguimos bajando, fijándonos por si acaso en las piedras con pintura roja que cada poco tiempo marcan la ruta. Atravesamos una puerta y continuamos a la sombra de los múltiples y altos pinos hasta llegar al puente final, con la carretera que une la parte alta de San Rafael con el Espinar, sin tráfico prácticamente. 
Nos quedaban dos fuentes por ver aunque al llegar al asfalto dudábamos mucho de ello. 






El tramo de asfalto no era corto que digamos, casi unos 3 kilómetros. 
A nuestra derecha la ladera de la montaña por la que habíamos estado, con alguna puerta y caminos alternativos al nuestro para subir. 

Ya, pasados unos dos kilómetros nos encontramos con las fuentes, una al lado de la otra. 

Muy interesantes, con bancos para comer o merendar tranquilamente en un entorno inmejorable. 
Cubiertas ya las 4 fuentes de la ruta (creo que hay más porque me suena una ruta de las 11 fuentes o algo así) 









Pues ya sin ningún aliciente más que algunos interesantes chalets que empezaban a aparecer en esa zona tranquila y alejada de San Rafael, recorrimos lo poco que nos quedaba hasta alcanzar el punto de partida y el final de la ruta. 



Esta es la fuente que utilicé para seguir la ruta, pero en algunos momentos su descripción resulta complicada y si no tiene la aplicación Wikiloc te hace dudar.




Fuente Wikiloc

miércoles, 13 de marzo de 2019

Ruta de los Pescadores (Cuéllar)



Después de casi 30 días sin llover en muchos puntos de España tuvo que coincidir el día que elegimos para nuestra siguiente ruta con un día medio de perros, pero bueno, eso no iba a tirar al traste nuestros planes. 

El destino estaba en Cuéllar y al ser los días un poco más largos intenté añadir algo más a la ruta, mezclar naturaleza con algún pueblo y un poco de cultura. 

Así que salimos por la A-6 hasta Arévalo, donde un poco antes paramos en el Area 114, un sitio super agradable donde tomar un café y descansar después de un buen rato de conducción. 

Nos adentramos en Arévalo, donde a pesar de tener raíces en Ávila por mis padres, no recuerdaba haber estado y me pareció un sitio fantástico. 
Con hasta tres plazas muy bonitas, un gran castillo (de valoración 3 sobre 5 diría yo) aunque esté restaurado emplazado en un buen lugar, un puente diferente de estilo mudéjar, un arco y alguna iglesia también con el mudéjar como estilo arquitectónico predominante. 









Como de camino hacia la ruta no costaba nada pasar por Coca, hacia allá que fuimos. 
Aunque en esos momentos se recrudecía el clima y nos mojamos, había que admirar su colosal castillo, que podría ser de 4 o 5, también de estilo mudéjar y de gran parecido al Castillo de la Mota de Medina del Campo, aunque en mi opinión mejor situado, en un lateral del pueblo, junto a un pinar. 

Luego subimos al trozo de muralla que queda en pie, donde a un lado hay un pequeño busto de Teodosio, natural de la Cauca romana, y al otro un par de berracos en no muy buen estado. La misma visita que realicé unos 13 años atrás por la zona. 







Pusimos rumbo hacia Cuéllar, con las condiciones empeorando por momentos, lluvia, viento, bajada de temperaturas ... 
Atravesamos los primeros tramos de pinar y llegamos a Cuéllar para sin parar acercarnos hasta la ruta que queríamos hacer. 

La Ruta de los Pescadores, cuya salida, a la altura del kilómetro 57 de la carretera que une Valladolid y Segovia está bien indicada con un cartel en fondo marrón. 
Siguiendo las indicaciones nos deja en la margen derecha de la carretera, donde podemos dejar el coche. 
Ahí bajo la persistente lluvia preparamos nuestro bocata y nos pusimos en marcha. 
Tras cruzar por debajo de la carretera, justo al otro lado está el comienzo de la ruta, marcado por un panel en un círculo prefabricado. 
Desde ahí sale la escalera que baja al borde del río. 







Ya esos primeros escalones en madera daban mal presagio, entre que estaban mojados por la lluvia y la cantidad de hojas caídas se producían los primeros resbalones no muy agradables que digamos, así que había que bajar despacio y con cuidado esa primera escalera. 

La ruta que yo había encontrado en principio comprendía cuatro tramos para un total de 7,3 kilómetros, aunque luego en algunos sitios leí que había hasta 7 tramos, pero como he leído en algún sitio yo creo que la ruta está en estado de semi abandono y esos tres últimos tramos no existían junto al río. 

Había una ruta alternativa por el pinar junsto paralela a la ruta del río pero unos 15 o 20 metros por encima. 

Toda esta parte del río Cega está asentada sobre una duna que ha ido horadando para abrirse paso y se comprueba claramente cuando se camina por el pinar, muy diferente de la zona de pinar del pueblo de mi madre. 

Iniciamos el sector 1 al borde del río con mucha hoja en el suelo, muy resbaladizo y con bastante árbol caído, más sobre el río que sobre la ruta. 
La zona es bonita pero quizás desaconsejable en estas condiciones. 
Al final del sector 1 había una escalera de escape hacia el pinar, pero seguimos bordeando el río Cega. 








El río va haciendo alguna curva y por tramos la vegetación es más frondosa, pero se puede seguir caminando bien, salvo las precauciones por lo resbaladizo de los tramos donde se ha instalado algún trozo de pasarela de madera. 


El segundo tramo más largo también tenía una salida hacia el pinar al final de la misma y además de uso obligatorio, ya que había un cartel de senda cortada (posiblemente por ese abandono del mantenimiento de la misma).
Así que subimos hasta el pinar donde hicimos el tramo tres en un agradable paseo por un pinar frondoso, notándose claramente como está asentado sobre la duna.









Más adelante pudimos de nuevo bajar hacia el río para hacer el tramo cuatro por la ruta original, donde al final del mismo nos encontramos una perfecta escalera de madera ya que de nuevo la senda estaba cortada.

Salimos de nuevo al pinar y empezamos andar y andar y andar ... sin encontrar más señales, aunque ya al cabo del tiempo me fijé que algún árbol tenía marcas de la ruta.







Al cabo de un buen rato nos topamos con una cartel en sentido inverso que marcaba el tramo siete, nos habíamos comido del tramo 4 al 7 por el pinar, sin encontrar ningún acceso más a la senda junto al río.

Iniciamos el camino de vuelta y aunque intentamos localizar alguna forma de acceso no la encontramos, una lástima, porque supuestamente en este tramo había hasta un puentecillo colgante para salvar el río, pero efectivamente la zona no está bien cuidada.

No obstante la ruta había merecido la pena. Así pues volvimos ya del tirón por el pinar, haciendo yo creo que más distancia que a la ida, hasta llegar al punto de inicio de la ruta y a continuación al coche ya con el día más abierto, tanto que pudimos contemplar un buen arco iris, que suelen acompañar a las rutas últimamente.






Entramos un momento a Cuéllar, pero sin detenernos lo que merece, pasando por su vetusta plaza de toros (creo que sus encierros son los más antiguos de España), que ahora tiene un aspecto diferente y moderno nada atractivo y subimos hasta el castillo, grande, bien restaurado y diferente a la mayoría.

Allí soplaba bastante viento y hacia frío, por algo Cuéllar es de los lugares más fríos de España.

Así que quedará para otro día un paseo más largo por el pueblo.





Ya avanzaba la tarde y había que volver, pero dada la cercanía nos acercamos a ver el castillo de Iscar, que la vez que estuvimos de ruta por Valladolid no pudimos ver por falta de tiempo. 

Un poco deteriorado, pero no está mal, sobre todo con una gran ubicación en una pequeña colina que domina el pueblo y la gran llanura que se extiende en esa zona de la meseta.
Un 1 de valoración para el castillo.






Y ya también pasamos junto a la iglesia mudéjar de Pedrajas de San Esteban y nos acercamos también a ver el mudéjar de Olmedo, lo cual hicimos sin mucho detenimiento, pero lo suficiente para dar una vueltecilla por el pueblo y añadirlo al saco de sitios visitados.







Con ello pusimos punto y final a esta nueva ruta sin ninguna parada más hasta casa.