lunes, 15 de julio de 2019

Pirineos día 2



Sonó la alarma y comprobamos con desazón lo que nos temíamos, la niebla no se había disipado y era un mal augurio.
Decidimos realizar la ruta que tenía preparada en Pont D'Espagne.
Tomamos la carretera paralela a la que conecta Lourdes con Luz St. Sauver para acercarnos hasta Cauterets.
Pasamos junto a la Chapelle de Saint Savin, emplazada en un monte a nuestra derecha y que finalmente no visitamos.
Al llegar a Soulom es uno de esos sitios que dices, por donde habrá que ir ahora ...
Y efectivamente la carretera se interna por un sitio aparentemente inexistente para entrar en el valle que lleva a Cauterets, alternativa como final de etapa del Tour a Luz Ardiden.

Cauterets no está muy alto, a escasos 1000 metros, y sólo unas curvas a poco de llegar tienen desnivel.
El pueblo está marcado en amarillo en las guías pero aunque no está mal, no deja de ser un pueblo que ha crecido en torno al esquí.
Como si de un milagro se tratara al llegar a Cauterets la niebla parecía un poco menos densa y en cuanto salimos dirección a nuestro destino en Pont D'Espagne nos pusimos por encima de ella y la situación cambió para bien.




En el camino de Cauterets a Pont d'Espagne, en el Val de Jeret, hay una serie de cascadas impresionantes, especialmente la de Lutour.








Nos paramos para admirarlas con asombro y fuimos remontando la carretera, recién asfaltada y muy digna de un final del Tour de Francia, hasta el final, en el aparcamiento de Pont d'Espagne, que no deja de ser eso, un aparcamiento con un puente luego que será el que de nombre, un pequeño bar, un telesilla, y poco más que un punto de partida para hacer rutas.






Así que allí dejamos el coche y nos dispusimos a realizar la ruta hasta el Lac de Gaube.
Nada más empezar nos encontramos con el puente y con alguna cascada impresionante que nos retienen unos minutos.






Y ya nos ponemos en marcha. Hay un telesilla que salva el primer tramo muy empinado, no deben de ser mucho más allá de tres kilómetros hasta llegar al lago pero hay zonas con mucho desnivel.
Una vez salvado el desnivel y llegados a donde desemboca el telesilla sale una pista más o menos llana, con algún pequeño desnivel que nos conduce directamente al lago y el cual ya empezamos a observar.







Una maravilla de lago de alta montaña pero que ha sabido a poco.
Al ver allí un buen refugio nos decidimos tomar un crepe con nocilla para reponer fuerzas y además yo un café con leche, porque vamos a continuar como yo traía preparado, la ruta hasta el refugio de les Oulettes a 2151 metros de altitud.

Así que volvemos a la carga y rodeamos el lago por la derecha donde ya se empieza a ver gente.
Una vez sobrepasado el lago empezamos a trepar por la parte izquierda del arroyo que desemboca en el lago, sin excesivo desnivel, y con algún salto de agua más de por medio.










Tras un largo tramo llegamos hasta una llanura en la que se podía esperar otro lago, pero no, son solamente tierras de pastos, eso sí con una cascada al final de la pradera, ese me pareció un sitio espectacular.




Nada más superar esa zona llegamos a otra enorme pradera, ya con las montañas cortando el paso al fondo. Creímos que ira un buen sitio para comer y reponer fuerzas. La emprendimos con un buen bocadillo de chorizo, cosa que iríamos desestimando en días sucesivos, y poco a poco vimos como una manada de vacas descendía.
por nuestro lado derecho hasta los pastos en los que estábamos, y junto a ellas dos borriquillos.
Las vacas han estado presentes todo el viaje y a gran altitud y en sitios insospechados.






Pues poco a poco se fueron acercando tanto que uno de los burrillos, en un momento de descuido, se comió delante de nuestras narices uno de los plátanos que debía servirnos para recuperar fuerzas, sin preguntar ni nada.

Una vez recuperadas fuerzas seguimos para cubrir ya lo poco que nos quedaba, trepar con un poco más de desnivel hasta alcanzar el refugio, el cual nos proporcionaba una estampa majestuoso con un circo cerrando completamente esa ruta.
Otra vez había una explanada que daba a pensar que debería haber otro lago, pero no.
Sin saberlo, estábamos ante el pico Vignemale, el más alto de todos los pirineos franceses, con sus 3298 metros de altitud.






Una de las mejores rutas que había hecho, si no la mejor.

Tocaba la parte dura del día ...
Ya con mucha gente subiendo y también bajando comenzamos nuestro descenso. Intentando ir rápido, al poco de iniciarlo, me torcí mi tobillo izquierdo.
Un dolor terrible se apoderó de mi y los peores pronósticos se intuían. Paré junto un cauce de agua para meter rápidamente el pie en agua fría, pero estaba tan fría que no podía aguantarlo, así que como soy precabido había llevado el kit anti esguinces y me vendé bien el tobillo.

Evidentemente iba dolorido pero podía aguantarlo, aunque todavía quedaba mucho. 
La mayor parte del trayecto desde el lago de Gaube hasta el refugio de Les Oulettes transcurre por canchales de piedras, lo cual no es agradable y conlleva sus peligros para los tobillos.
Hay gente muy flipada que consideran este tipo de rutas fáciles, pero son más de 20 kilómetros, sin una sóla fuente, con lo cual tienes que ir cargado de peso de agua y comida, y con muchísimo desnivel, con lo cual sufres cardiovascularmente a la ida y sufren mucho tus cuadríceps, gemelos y tobillos a la vuelta, y todo ello andando casi siempre entre piedras.

Bueno, el caso es que llegando de vuelta al lago de Gaube me hice una segunda torcedura en el mismo pie y ya parecía demasiado y no presagiaba unas buenas vacaciones. Fui directo al lago a meter el pie en agua fría pero otra vez la temperatura me hacía no aguantar, así que saqué mi pomada anti inflamatoria y me la apliqué, volviendo a vendarlo bien.

Ya quedaba poco y rezaba por no sufrir más contratiempos.
Superamos el lago y descendí como pude esa parte final de mucho desnivel para alcanzar finalmente el aparcamiento de partida.
Prueba superada.

En la zona se quedaron otras rutas seguro que interesantes para hacer, como el Circo de Lys, el Mount Né, el Vallee de Lutour con el Lac d'Estom o Luz Ardiden.
Para otra ocasión.

Cogimos el coche de vuelta y volvimos a nuestro cuartel general en Argeles Gazost.
Como no era muy tarde, después de una ducha, nos acercamos a Lourdes, a tan sólo 12 kilómetros, que aunque ya lo conocíamos siempre es un sitio especial para visitar.
Pero mi pie no daba para mucho, me dolía bastante, así que una visita rápida a la zona de la basílica y buscamos un sitio para cenar.







Yo recordaba un Burger King donde 8 años atrás y tras cruzarnos con Perico Delgado en una calle de Lourdes habíamos cenado.
Pero allí ya no estaba, así que en su defecto acudimos a un McDonalds en las afueras.
Cenamos y luego paramos en el Carrefour Market del pueblo donde compramos provisiones para el día siguiente.
Unas fotos al Hotel de Ville, que la otra vez no habíamos visitado, son 3 edificios juntos interesantes y al hotel a descansar para el día siguiente.




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