A pesar de las cuantiosas lluvias de la primavera de 2022, algunos 4 días de calor excesivo para estas fechas, y la previsión de otras dos semanas más de calor, hacían pensar que la temporada de agua y colores verde estaba tocando desgraciadamente a su fin, así que por ello y a pesar de mi extremo cansancio le dije a mi hermano que si me llevaba para que hiciéramos esta ruta que me llamaba mucho.
Asi que hasta allí nos fuimos, en la carretera de Ramacastañas a Mombeltrán, en una curva a la izquierda, sale a mano derecha un camino que es la salida al área recreativa de Playas Blancas, comienzo de nuestra ruta.
A pesar de que de pequeño fui unas cuantas veces por esta zona, ya casi ni me acordaba de algunos detalles, y en concreto esta zona ni la conocía.
A pesar de que de pequeño fui unas cuantas veces por esta zona, ya casi ni me acordaba de algunos detalles, y en concreto esta zona ni la conocía.
El área recreativa, con el río al lado, mesas, barbacoas, una fuente ... muy chula.
La ruta es bastante sencilla y bastante bonita. Dejamos para el final la zona de los Pozos de Felipe,
que es el mayor atractivo de la ruta.
Salimos por el camino ancho que sale del área recreativa en dirección Mombeltrán en leve pendiente.
Alcanzamos pronto una fuente, es de las mejores rutas en este sentido, porque hay varias para reponer agua, en este caso necesaria con un calor importante.
Seguimos avanzando por este camino ancho, con buenas vistas a mano izquierda, con ganado puntual a nuestra derecha, atravesamos un mínimo puente por el que debería ir un arroyo y seguimos hasta que sale un camino a nuestra derecha formando casi un vértice, siguiendo el Google Maps es muy claro.
Este camino se va adentrando en un sotobosque en ligero ascenso, transformándose más adelante en una vereda.
Con multitud de helechos, pinos y flores, vamos ganando algo de altura, en esta ladera, contemplando
al otro lado otra ladera con los picos de gredos detrás de ella, unas buenas vistas.
En algún momento también mirando atrás tenemos buenas vistas del Valle que baja del Puerto del Pico,
observando algunos de los pueblos que forman las cinco villas de este valle.
al otro lado otra ladera con los picos de gredos detrás de ella, unas buenas vistas.
En algún momento también mirando atrás tenemos buenas vistas del Valle que baja del Puerto del Pico,
observando algunos de los pueblos que forman las cinco villas de este valle.
Después de un rato llegamos a un amplio cortafuego que están haciendo y giramos a la derecha, donde al final de un repecho se ve un refugio.
Esta es la parte menos atractiva de la ruta, por lo feo que ha quedado ese cortafuegos.
Despues de comer en las proximidades del refugio, descendemos por el cortafuego unos metros y giramos a la izquierda, ya por un camino mejor, para poco después volver a girar a la derecha por otro camino todavía más interesante, con un arroyo al lado y buena vegetación.
Pocos minutos después el camino ofrece una bifurcación. Seguir recto, o cruzar el arroyo y seguir por el otro lado del mismo.
Hacemos esto último.
Hacemos esto último.
Ascendemos por una recta en una zona muy bonita y muy escondida de la civilización.
Llegamos a una curva a mano izquierda de la cual sale un camino a la derecha, el cual desechamos, pero casi nada más hacer esa curva sale otro camino a la derecha que en este caso si tomamos.
Seguimos ascendiendo sin mucho desnivel, encontrando una dehesa con ganado a nuestra derecha y a mano izquierda algunos ejemplares de pino delgados y muy altos, muy curiosos.
Llegamos a una curva a mano izquierda de la cual sale un camino a la derecha, el cual desechamos, pero casi nada más hacer esa curva sale otro camino a la derecha que en este caso si tomamos.
Seguimos ascendiendo sin mucho desnivel, encontrando una dehesa con ganado a nuestra derecha y a mano izquierda algunos ejemplares de pino delgados y muy altos, muy curiosos.
Este camino desemboca en una pista asfaltada, aunque desgastada, que tomamos a nuestra derecha.
En el tramo de la misma hay otra fuente por si necesitáis agua.
Poco después a nuestra derecha hay un antiguo cementerio, creo que de la guerra civil, en un sitio en el que sorprende encontrarse algo así, y llegamos a un gran cruce de caminos, pero que no tiene ninguna perdida, ya que tenemos que coger el único que sale a nuestra derecha según llegamos.
Este camino te lleva al vértice geodésico y una torreta de vigilancia. Llegamos hasta allí, aunque supuestamente la fuente de información que yo llevaba siguió casi otro kilómetro adelante hasta un mirador que tiene que haber, pero yo estaba bastante cansado y no tenía claro que fuera algo muy atractivo.
En el tramo de la misma hay otra fuente por si necesitáis agua.
Poco después a nuestra derecha hay un antiguo cementerio, creo que de la guerra civil, en un sitio en el que sorprende encontrarse algo así, y llegamos a un gran cruce de caminos, pero que no tiene ninguna perdida, ya que tenemos que coger el único que sale a nuestra derecha según llegamos.
Este camino te lleva al vértice geodésico y una torreta de vigilancia. Llegamos hasta allí, aunque supuestamente la fuente de información que yo llevaba siguió casi otro kilómetro adelante hasta un mirador que tiene que haber, pero yo estaba bastante cansado y no tenía claro que fuera algo muy atractivo.
Hay que deshacer un tramo de lo andado y en el Google Maps se ve donde está el camino por el que hay que seguir.
Es curioso como el que sube hasta la torreta no está marcado siendo ancho y claro, y en cambio el que hay que seguir para bajar hacia los Pozos de Felipe si que lo está y es complicado casi intuirlo.
Tomamos ese camino y rápidamente empieza el desnivel hacia abajo, por un camino con muchas piedras y que te va minando los cuadriceps y las rodillas. Aunque se va viendo el camino en todo momento y se ve que no tarda mucho en bajar mucho el desnivel.
Es curioso como el que sube hasta la torreta no está marcado siendo ancho y claro, y en cambio el que hay que seguir para bajar hacia los Pozos de Felipe si que lo está y es complicado casi intuirlo.
Tomamos ese camino y rápidamente empieza el desnivel hacia abajo, por un camino con muchas piedras y que te va minando los cuadriceps y las rodillas. Aunque se va viendo el camino en todo momento y se ve que no tarda mucho en bajar mucho el desnivel.
Llegamos a la zona ya más llana intuyendo el arroyo próximo.
Cuando llegamos a él, justo donde fuimos a parar había unas piedras que permitían cruzar al otro lado.
Salimos al camino amplío que viene desde el aparcamiento donde dejamos el coche, y poco después sale una vereda para acceder a la parte más interesante de este paraje conocido como los Pozos de Felipe.
Ahí, a parte de una pequeña charca, hay un descenso del arroyo por una gran lancha muy chulo.
Buscamos la forma de llegar a la parte de abajo de este tobogán y nos acercamos justo debajo de él.
Hay que tener cuidado, yo me caí dos veces, y lo mejor es no adentrarse, con contemplarlo al borde del agua es suficiente, porque luego para trepar también hay que echar casi las manos al suelo.
Pues yo ya no podía más, estaba reventado y con dos caídas más, así que aunque creo que quedaba algo más abajo, quizás otro salto de agua o alguna poza formada en rocas, salimos al camino y este enseguida queda muy alto con respecto al cauce del arroyo, así que ya continuamos hasta llegar poco después hasta el coche.
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