Ya había hecho una ruta en San Rafael, en dirección oeste, y tenía curiosidad por el cerro que hay en dirección este.
Así que hacía allí fuimos.
Así que hacía allí fuimos.
La ruta de hecho no sale de San Rafael, lo hace desde la zona recreativa de La Panera, en la estación de El Espinar.
Es recomendable que llevéis el comienzo de la ruta un poco mirado o apuntado en un papel, ya que allí no hay nada de cobertura y pensamos que no sabríamos como hacerla, aunque luego es fácil.
Aparcando al final del área recreativa, avanzamos unos 100 o 200 metros por la carretera hasta que vemos un panel indicador de rutas a mano derecha.
Deberemos localizar la ruta del cordel de las campanillas, creo que identificada con los colores amarillo y blanco.
Hay cogemos ese camino que sale, ascendiendo suavemente, por una zona no muy atractiva ya que hay unas torres de alta tensión poco agradables.
Llegamos al final de este primer tramo y giramos a la derecha, dejando una puerta a mano izquierda, no obstante los palos están muy visibles y no hay riesgo de perderse.
Hay cogemos ese camino que sale, ascendiendo suavemente, por una zona no muy atractiva ya que hay unas torres de alta tensión poco agradables.
Llegamos al final de este primer tramo y giramos a la derecha, dejando una puerta a mano izquierda, no obstante los palos están muy visibles y no hay riesgo de perderse.
Poco después alcanzamos otro cruce y giramos a la izquierda, para rápidamente hacerlo de nuevo a la derecha y hacer un buen tramo entre pinos, con vacas al principio, en una zona bastante verde y bonita.
Salimos a un camino ya más ancho y menos interesante y lo seguimos por la parte izquierda, donde avanzaremos hasta llegar a un puentecillo a nuestra izquierda, que cruzaremos y giraremos nada más cruzarlo a la derecha por el camino que sale.
Estamos bastante cerca del Puerto de los Leones en este punto.
Salimos a un camino ya más ancho y menos interesante y lo seguimos por la parte izquierda, donde avanzaremos hasta llegar a un puentecillo a nuestra izquierda, que cruzaremos y giraremos nada más cruzarlo a la derecha por el camino que sale.
Estamos bastante cerca del Puerto de los Leones en este punto.
Avanzamos hasta toparnos con las vías del tren, y andamos paralelos a ellas, hasta que el camino parece que cruza por debajo de las mismas en un pequeño túnel, pero a mano derecha sale también un caminito que es donde está el poste indicativo de la ruta y por donde deberemos seguir sin cruzar al otro lado de las vías.
Atravesamos una zona de agua en la que casi es imposible no mojarse y remontamos desnivel hasta volvernos a colocar paralelos a las vías del tren por las que discurriremos un tramo, entre pinos, con algún pequeño tobogán, y también paralelos a la A-6
Atravesamos una zona de agua en la que casi es imposible no mojarse y remontamos desnivel hasta volvernos a colocar paralelos a las vías del tren por las que discurriremos un tramo, entre pinos, con algún pequeño tobogán, y también paralelos a la A-6
Llegamos a un apeadero, o no sé si la propia estación de tren de San Rafael y más o menos a esta altura comienza la vereda que va ascendiendo hasta el monte. Es el tramo más duro, ya que nos comemos de manera continua casi todo el desnivel positivo de la ruta, casi 300 metros de desnivel en un tramo relativamente corto.
La vereda por la ladera entre pinos y a la sombra, acaba desembocando en un camino ancho y ya sin vegetación, que completa el ascenso hasta la cima, con un pequeño torreón y un vértice geodésico, con unas grandes vistas de San Rafael, El Espinar, las diferentes sierras que nos rodean y todo lo que está a nuestro alcance.
Eso sí, hace un poco de aire en la cima, donde teníamos pensado comer y tuvimos que buscar algo más protegido.
La vereda por la ladera entre pinos y a la sombra, acaba desembocando en un camino ancho y ya sin vegetación, que completa el ascenso hasta la cima, con un pequeño torreón y un vértice geodésico, con unas grandes vistas de San Rafael, El Espinar, las diferentes sierras que nos rodean y todo lo que está a nuestro alcance.
Eso sí, hace un poco de aire en la cima, donde teníamos pensado comer y tuvimos que buscar algo más protegido.
Para descender y no alargar mucho la ruta, que otra vez estaba mal medida, descendemos campo a través en dirección al camino que tenemos abajo, más o menos a la altura de la última curva que tiene el camino antes de llegar a la cima.
Hay una pequeña vereda, pero aún así el descenso no es complicado lo hagamos por donde lo hagamos, y seguramente nos ahorremos una media hora de ruta con respecto a si lo hacemos por el camino que habíamos llegado a la cima de Cabeza Reina.
Hay una pequeña vereda, pero aún así el descenso no es complicado lo hagamos por donde lo hagamos, y seguramente nos ahorremos una media hora de ruta con respecto a si lo hacemos por el camino que habíamos llegado a la cima de Cabeza Reina.
Una vez abajo tomamos el camino al que llegamos y tras dejar un cortafuegos a la izquierda, tomamos el segundo camino a mano izquierda, que en seguida nos deja a mano izquierda en una fuente con una pequeña virgen en un árbol y una piedra con una inscripción.
Volvemos al camino y seguimos el sentido que llevábamos, e iremos descendiendo ligeramente hasta llegar a la parte alta de algunas viviendas de la estación de El Espinar. No obstante seguiremos rodeandolo por la parte de arriba, ya que no hay ninguna servidumbre de paso, hasta que aparece un breve camino a nuestra izquierda, bastante deficiente y con muchas piedras que nos deja en las calles del núcleo de población de la estación de El Espinar.
Volvemos al camino y seguimos el sentido que llevábamos, e iremos descendiendo ligeramente hasta llegar a la parte alta de algunas viviendas de la estación de El Espinar. No obstante seguiremos rodeandolo por la parte de arriba, ya que no hay ninguna servidumbre de paso, hasta que aparece un breve camino a nuestra izquierda, bastante deficiente y con muchas piedras que nos deja en las calles del núcleo de población de la estación de El Espinar.
Ya sólo nos queda salir hasta la carretera que lleva hasta el área recretiva de La Panera y recorrer estos últimos tres kilómetros aproximadamente, que se hacen bastante pesados, por asfalto, sin sombras, con cansancio acumulado ..., hasta llegar al punto de partida, un sitio que en verano tiene que ser muy interesante, aunque también estar muy concurrido.
Para completar el día, y dado que estábamos muy cerca y tenía curiosidad, nos acercamos al pueblo de El Espinar para ver una supuesta cascada.
No tiene ninguna pérdida. Localizamos la calle Ramón y Cajal y subimos por ella hasta donde nos apetezca dejar el coche y luego continuamos a pie por el camino perfectamente marcado que se pone paralelo al arroyo.
Cuando llegamos a un cruce con posibilidad de seguir por ambas orillas del arroyo, lo hacemos por la derecha, y unos 8 o 10 minutos después estamos a la altura de la cascada, que se ve bien desde el propio camino, pero que unos metros antes podemos bajar hasta el borde del arroyo y avanzar
por este borde hasta el pie de la pequeña cascada.
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