miércoles, 22 de febrero de 2017

Burgos en 5 días - Día 1






Salimos de Madrid el miércoles 15 de febrero de 2017, a eso de las nueve de la mañana, con la firme intención de recorrer toda la provincia de Burgos y descubrir sus múltiples tesoros.
En busca de castillos, puentes, iglesias, cascadas, ríos, lagunas ...

Una vez traspasada la Comunidad de Madrid por el puerto de Somosierra hicimos una pequeña parada para repostar y nos dirijimos al primer punto, que curiosamente no pertenece a Burgos si no a Segovia, pero dada su situación y las ganas de conocerlo era la oportunidad, así que nos dirijimos al pueblo de Maderuelo.

Así que tras abandonar la autovía y transitar por una carretera comarcal llegamos al pueblo.
Lo rodeamos y llegamos a su estampa más reconocida, el embalse, con su interminable puente y el pueblo en lo alto.
Un paseo por el pueblo, casi deshabitado, con un día inmejorable y a continuar la ruta.






Llegamos a Aranda de Duero al filo de la hora de comer. Tras dar un paseo al borde del río Arandilla, que desemboca en el Duero al paso por la localidad nos dirigimos a la Plaza Mayor, donde está el ayuntamiento y visitamos una bonita Catedral, una no menos bonita iglesia casi adyacente y un pequeño puente románico sobre el Duero.

Todo muy limpio.

Así que tocaba comer, y que mejor sitio que uno que se llamara Mesón del Cid.
Buena comida en todo el centro de Aranda y por un precio asequible, teniendo en cuenta que nos comimos un entrecotte cada uno.
Después de comer nos dirijimos al próximo parque Virgen de las Viñas, donde se celebra el Cross de Aranda, y allí contemplamos una ermita y un curioso arco alojado en el propio parque, que podría pasar por un arco romano.
Con esto completamos nuestra visita a Aranda y seguimos con la ruta.





Abandonamos la autovía para buscar el próximo pueblo de Peñaranda de Duero.

Por tierra de viñedos alcanzamos este bonito y pintoresco pueblo dominado por su castillo, ubicado en lo alto del mismo.
Ya desde la carretera la panorámica del pueblo es magnífica.
Aparcamos junto a la carretera, junto a un trozo de muralla y accedimos a la Plaza Mayor por una puerta.
La Plaza Mayor, con el Ayuntamiento, una magnífica iglesia y un Palacio y la estampa del del Castillo de fondo es muy bonita y fotogénica.
Subimos hasta medio camino del castillo y desde ahí lo fotografiamos.
Como se estaba avecinando la celebración de un funeral, regresamos al coche y continuamos hacia el siguiente destino.





Coruña del Conde no estaba previsto en el planning, pero al estar en la carretera decidimos hacer una parada rápida que resultó interesante.
Había más cosas que un castillo en ruinas. Un puente, un rollo de justicia, una plaza con arco de acceso y dos estatuas, una de ellas del Cid, con una fuente a su lado muy interesante.





Muy poco después estaba el siguiente hito de la jornada, las ruinas de Clunia Sulpicia, que yo conocí en sucesivas etapas de la Vuelta a Burgos.
Eran las cinco menos cuarto y el recinto se cerraba a las cinco.
Una caseta en lo alto del páramos con una chica totalmente sola para cerrar era lo que nos encontramos allí.
Lo recorrimos muy rápidamente, poniendo especial atención al teatro, que además es lo mejor conservado, y nos tuvimos que ir.





El sol empezaba su descenso y todavía nos quedaban algunas cosas. Caleruega era el siguiente emplazamiento.
Allí descubrimos que era la villa natal de Santo Domingo de Guzmán, con estatua dedicada a él y dimos un paseo por un pueblo también semi desierto.
Allí contemplamos el Conjunto Monumental de Santo Domingo y dimos un paseo por el pueblo para completar la breve visita.





Tocaba regresar a la autovía para poco a poco acercarnos a Burgos, el próximo destino era Gumiel de Izán.
Un pueblo de los muchos de la provincia con nombre raro.
Allí se escondía una bonita iglesia en el centro del pueblo, con una portada muy interesante. Fue lo único que visitamos allí, aunque es admirable y extraño para un pueblo tan pequeño.





Ya sólo restaba Lerma antes de poner rumbo definitivo a Burgos para buscar nuestro alojamiento para los siguientes cuatro días.
Y allí llegamos a la parte alta de Lerma con el sol desapareciendo en el horizonte. Y empezando desde el Palacio Ducal, la Plaza Mayor y la parte alta del pueblo fuimos bajando hasta el Arco de acceso a la parte antigua del pueblo sin apenas ya luz.
Por último nos acercamos al Puente Románico sobre el Arlanza y con ello dimos por concluida la visita a la bonita localidad de Lerma.





Así que por fin llegamos a Burgos sobre las ocho de la tarde. Teníamos como referencia la catedral que se ve muy bien, ya que la habitación tenía vistas a la misma, y entrando por Madrid se llega rápido, de hecho el hotel estaba al final de la Calle Madrid.
Así que tras el paso por recepción y desembarcar en la habitación, salimos a dar una primera vuelta nocturna por Burgos por la zona de la Catedral y la Plaza Mayor, y en uno de los callejones que salen de la Plaza Mayor nos detuvimos a cenar en el Mesón Sancho, donde una buena tortilla y una gran croqueta sirvieron de reconstituyente.
Al hotel, ducha y a dormir que el día había sido largo y al día siguiente tocaba más.








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